En los años 80 el artista Agustín Ibarrola llevó a cabo una obra pictórica en el bosque de Oma, el cual está dentro de la reserva de la biosfera de Urdaibai. Esta consistía en pintar de colores la corteza de una serie de árboles que vistos desde una perspectiva concreta forman composiciones geométricas y figurativas.
Nosotros lo visitamos con Max (justo cumplía 3 meses) y os voy a contar cual es la mejor opción para hacerlo con bebés.
Este enclave es ideal para pasar la mañana en familia o con amigos ya que para llegar a el hay que hacer una pequeña ruta que sale del parking de Lezika, que es un restaurante que tiene un parking donde poder dejar el coche y empezar la ruta andando.
Nosotros fuimos en familia y con Max, y aquí es donde está el mayor apunte para visitar este lugar con niños y es que no es apto para carritos de bebé.
La mayor parte del camino podrías hacerlo en carro pero llega un momento de la ruta, donde te vas acercando ya al lugar de las pinturas que es una cuesta abajo bastante empinada de escalones de tierra muy irregulares, imposible para sillas de ruedas o carros de coche, además una vez llegas al enclave de las pinturas hay que añadir al terreno las raíces de los árboles que hacen que haya que andar con cuidado así que la mejor opción para visitarlo con bebés es hacer porteo. Nosotros no eramos los únicos ya que vimos un montón de familias haciendo porteo.
La ruta es circular y tarda en hacerse unas dos horas, todo depende lo que te entretengas en hacer luego fotos. Puede hacerlo cualquier persona, eso sí, al día siguiente si no estás en forma (como yo) te salen unas agujetas horribles en las piernas (nota mental: apuntarme ya al gimnasio).
Cuando llegas al bosque pintado lo primero que ves son dos árboles con una pintura rosa que si lo miras desde la perspectiva adecuada son unos labios de mujer. Estas zonas están marcadas con un triángulo amarillo en el suelo.
Lo siguiente ya es árboles y árboles pintados que aunque no entiendas la intención del artista ( relación entre la naturaleza y el hombre) te va a cautivar por lo original y divertido que es.
La zona del bosque pintado no tiene área de mesas para sentarte y merendar con lo cual lo mejor es que después de visitarlo vuelvas a tu punto de partida, en esa zona hay un montón de lugares tanto para hacer picnic como restaurantes. Nosotros fuimos a comer al Marko Pollo, un asador de pollos gigante, una opción rica y barata. Justo fuera hay un parque con columpios ideal para los niños.
Conclusión, si no lo conoces, ya estás organizando un fin de semana en Bilbao o una excursión de un día para ver este lugar tan bonito y divertido.