Día 15 Gran Muralla China. Trekking de Jinshaling a Simatai.
Hoy era el día más esperado y a las 6:00 de la mañana nos habían citado para hacer el trekking de la muralla china entre Jinshaling y Simatai.
Cuando estaba organizando el viaje no tenía muy claro por qué tramo decantarme ya que quería hacer uno muy auténtico en el que casi no hubiera turistas.
Badaling lo descarté ya desde el principio ya que es el tramo más turístico y masificado por su cercanía a Pekín. Mis dos opciones eran o Mutianyu o el trekking entre Jinshaling y Simatai.
Tras mucho leer y leer me decanté por el último ya que al ser un trekking y estar más lejos de Pekín se suponía que habría menos gente. Sabía que iba a ser durillo ya que había leído que en muchos tramos tenías que escalar como un mono sujetándote con las manos para poder subir por los peldaños desgastados e inclinados que hay.
El siguiente paso sería el de cómo llegar allí. Tenía dos opciones, o contratar una excursión o ir por mi cuenta y lo ideal hubiera sido lo segundo pero lo malo era que hacerlo en un día y volver a dormir a Pekín suponía mucho lio y en los foros y blogs de viajes aconsejaban quedarte a dormir allí si ibas por tu cuenta y si querías volver el mismo día era mejor coger una excursión. Nosotros nos decantamos por la excursión que en realidad lo que consistía era en recogerte en autobús en tu hostel u hotel, trasladarte hasta allí, recogerte en otro de la muralla 3 horas más tarde, comer en un sitio por allí cerca y traerte de vuelta a Pekín.
Al no ser nada guiado y sin paradas a sitios turísticos ni tiendas me decidí por ello aunque sabía que por mi cuenta sería mucho más barato pero no quería jugármela ni un segundo el no poder llegar a hacerlo ese día, ya que había que coger dos buses y un taxi y una vez allí acordar con el taxista donde te tenía que esperar (en otro punto de la muralla) para volver a hacer el camino de vuelta y dado que el entendimiento con los chinos es complicado decidimos pagar por eso. Nos costó 380 yuanes por persona.
Lo contratamos con la agencia con la que trabajaba nuestro hostel, aquí tenéis el link:
http://www.161hotel.com/our-tours/hiking-from-jinshanling-to-simatai-great-wall-west-tour.htm
Vero y Dani, los chicos que conocimos en Güillín se unieron a hacer la excursión con nosotros.
Tardamos entre 2 y 2h y media en llegar. Cuando llegábamos empezaba a llover un poquito y la verdad estaba fresquete el día lo cual nos dio un poco de miedo ya que eran 6km de trekking. La china que hacía de “guía” nos explicó delante de un panel con un gran mapa en qué punto estábamos y en cual nos recogía el bus y a qué hora y a partir de ahí éramos libres para hacer el recorrido por nuestra cuenta.
Ascendimos por un camino hasta la muralla y cuando llegamos arriba del todo alucinamos con lo que teníamos delante, además había dejado de llover y se había quedado nubladillo, ideal para la caminata!!!
Empezamos a andar y estábamos tan alucinando que no podíamos dejar dehacer fotos constantemente pero nos dimos cuenta que el tiempo pasaba y que teníamos que llegar al punto de recogida a tiempo o nos dejaban allí. Al principio la ruta tenía cuestas más o menos asequibles pero según íbamos avanzando la cosa se ponía más fea y cada tramo nos costaba más y más hasta el mundo de tener que usar las manos para poder ir subiendo.
Yo os recomiendo que llevéis agua y algo de comer aunque hay algún vendedor ambulante de bebidas frías en algunas de las atalayas del camino. El trekking era extenuante y había alguna subida que nos dejaba totalmente KO pero las vistas compensaban todo. Lo mejor era que casi no te encontrabas gente y había tramos en el que estabas tú solo, que maravilla.
Llegamos al final a la hora y aunque estábamos cansados había merecido la pena.
Había dudado mucho si hacer o no este tramo por la dificultad física que suponía pero os puedo decir que aunque es duro lo puede hacer cualquiera que tenga una forma física normal y corriente. No lo dudéis, que no os entre miedo porque es una de las mejores experiencias que vais a vivir. Estar allí es un auténtico privilegio y no solo por lo que hoy es, si no por lo que fue y por lo que costó hacerla, de hecho es una de las grandes maravillas del mundo construidas por el hombre pero no, no se ve desde el espacio, eso es un mito que ha persistido en el tiempo cuando en 1938 se publicó un libro donde se afirmaba tal cosa pero que se ha demostrado que no es real ya que el ancho de la muralla es menor que el de una autopista.
Cuando llegamos descendimos por el sendero y llegamos al autobús donde estaba todo totalmente desierto, sin más coches, ni taxis ni buses. Nos recogieron y nos llevaron a comer a un sitio donde no se comían la comida ni los chinos (aunque yo conseguí que me hicieran unos huevos fritos) y emprendimos el viaje de vuelta estando ya en Pekín a las 17:50h.